¡Agradecemos a todos nuestros clientes por la fidelidad y la confianza que depositaron en Banquinet a lo largo de todos estos años!
Queremos invitarlos a recorrer la historia de un sistema que permitió la captación y procesamiento de apuestas de forma totalmente innovadora para su tiempo.
Eduardo Palacios, socio fundador de BQN, recuerda los mojones más importantes de esta historia que comenzó en 2002, cuando Banquinet se convirtió en una oportunidad frente a la crisis.
La crisis como oportunidad
Cuando estalló la crisis del 2002, Palacios y su familia se vieron muy afectados como concesionarios Agentes de Quinielas. Palacios recuerda el contexto: “Uno de nuestros proveedores era una gran imprenta que hacía los cupones para la escrituración a mano de las apuestas y el procesamiento posterior de datos”. En ese entonces, mantenían todos los contratos con los proveedores en dólares. La crisis impactó de forma directa e inmediata: fue imperioso encontrar formas creativas para salvar el negocio y disminuir costos.
“Ahí fue cuando mi padre tomó la decisión de independizarnos de la imprenta proveedora”, recuerda Palacios. Ese contexto fue el germen para el nacimiento de Banquinet. Los Palacios apostaron al ingeniero joven de la familia y apareció en escena Alfredo, “a quien se le consultó si se animaba a hacer un POS (Point Of Sale), y respondió que sí”, agrega Palacios.
Alfredo, primo hermano a quien se refiere con mucho cariño, es Alfredo Arnaud, hoy socio de BQN, doctor en Ingeniería Eléctrica y creador del POS de Banquinet. En ese entonces la apuesta también implicaba el posterior procesamiento electrónico de los datos, “para lo cual hemos contado con el invalorable aporte de Pablo Zebraitis, hoy Gerente de I+D de BQN”, destacó Palacios.
Convirtiendo crisis en oportunidad, promovieron la innovación local. “Fuimos pioneros en proveer el juego 100% electrónico”, destaca. En una época en la que las máquinas eran mucho más caras, los socios supieron diseñar un dispositivo a la medida de las circunstancias. Se trató de la primera terminal de juego electrónico diseñada y fabricada en Uruguay.
Desafíos en juego
Cuando todo comenzó, las máquinas sobre las cuales trabajaban eran offline. Esa fue la primera versión del sistema Banquinet. El dispositivo guardaba la información en su memoria interna, y los Subagentes de Quinielas y los Corredores tenían que ir a la Agencia a descargar los datos.
Por la pérdida de tiempo que llevaba la recolección del juego, Banquinet diseñó y construyó un recolector para simplificar la actividad del Subagente, permitiendo descargar la información directamente al dispositivo.
En esa época se emitía una segunda vía de cada ticket que era obligatorio enviar a la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas, pero que servía también, para ingresar al sistema la información de cada ticket en caso que se rompiera o robaran el dispositivo recolector, o mismo el POS del Subagente antes de bajar el juego. “Si te robaban el aparatito se perdía todo. Imaginate que justo te salga el 5 de oro entre las apuestas”, ejemplifica Palacios. “Eso era impensable, por eso las medidas de seguridad siempre fueron extremas”. Rápidamente Banquinet implementó nuevas medidas de seguridad que resultaron innovadoras. “Emitíamos un segundo ticket de respaldo, que contenía casi exclusivamente códigos de barras, para reproducir toda la información de la jugada muy rápidamente si fuese necesario en caso de robo o extravío”.
Del mundo offline al online
El siguiente salto tecnológico que dio Banquinet fue la transición a un sistema online. “Hubo un paso intermedio que fue hacer online al recolector. “Cuando se visitaba cada Subagencia, y se recogía la información del juego vendido, inmediatamente el recolector subía la información a los servidores de las Agencias”. Más adelante, llegaría la segunda versión del POS, ahora online, con las correcciones y actualizaciones que el mercado y las regulaciones iban presentando.
De la producción artesanal a la industrial
BQN se destacó y destaca no solo por su experiencia en el desarrollo de software sino también en hardware, algo difícil de encontrar en el mercado uruguayo. Teniendo la posibilidad de importar los dispositivos, que es lo más usual, BQN apostó a construir el hardware desde cero. Con las ventajas que eso tiene a nivel de mantenimiento, actualización y, sobre todo, soporte.
“En el comienzo con Banquinet, nuestra producción era totalmente artesanal. Soldábamos cada pieza (componente electrónico), una a una”, recuerda Palacios. Luego, con la compra de un horno, incorporaron una placa que diminuyó mucho los tiempos de fabricación. “A cada placa se le colocaba una pasta en base a estaño en el lugar de un componente, se insertaba cada una de las piezas y después, con un golpe de calor, quedaban todas soldadas. En lugar de soldar cada componente con un soldador y el auxilio de una lupa, ahora lo hacía el horno”, describe Palacios.
Desarrollando el futuro
Banquinet acaba de poner en marcha un nuevo software que habilita la facturación electrónica. Además, se está desarrollando un POS que traerá nuevas funcionalidades y facilitará la tarea tanto del Agente como del comerciante Subagente.
Palacios redobla la apuesta a futuro. El socio fundador no se conforma con el éxito alcanzado y sigue apostando a la mejora continua y a la actualización constante.
BQN, como empresa de software y hardware 100% uruguaya, mira al futuro y a nuevas oportunidades de negocio. Gracias a la experiencia y a la confianza generada, sigue apostando a garantizar la continua mejora de los productos y servicios que brinda. No solo son proveedores tecnológicos sino también clientes. Eso posiciona a BQN en un lugar privilegiado. “Ser vos mismo usuario del sistema te hace ser muy exigente y te garantiza estar actualizado”, asegura Palacios.
